¡Buenas!
El hecho de que los hijos de los teletrabajadores estén en la casa del empleado en cuestión durante la jornada podría mermar directamente la capacidad de trabajo, disminuyendo la productividad. Precisamente, dicha dependencia de los menores se acentuaría más conforme la edad del niño fuese menor. Por consiguiente, considero vital tratar este tema, y tratar de establecer una serie de soluciones factibles.
Un punto que ya se ha tratado en este debate es que se podría establecer un sistema de guarderías para los hijos de los trabajadores. Si bien en “condiciones normales” hay países como Finlandia que ofrecen este servicio gratis (lo que favorecería a los teletrabajadores), en situaciones como la pandemia las guarderías se han visto obligadas a cerrar en la gran mayoría de países (incluyendo Finlandia, aunque estos rápidamente las volvieron a abrir con precauciones para evitar el contagio del COVID-19). En estos casos, en los que la salud de las personas es lo primordial, no considero factible realizar un programa de guarderías para hijos de teletrabajadores, ya que podrían ser focos de contagio, poniendo en peligro la salud de la sociedad. Por tanto, el empleador para evitar la disminución de la productividad podría establecer un horario adaptado a las necesidades de los menores. Sería una modificación en la que a pesar de que probablemente la productividad seguiría sin estar al máximo, sí que podría mantenerse parcialmente.
Por otra parte, en situaciones en las que los colegios y guarderías estuvieran cerrados pero la situación no fuese tan crítica como para necesitar de un confinamiento masivo, se podrían dar ayudas a las familias afectadas firmadas en el contrato por sus empleadores (ya sean empresas públicas o privadas). Estas podrían emplearse para la contratación de cuidadores para los que requiriesen dependencia de los adultos, fomentando indirectamente el empleo.
El cierre de instituciones educadoras no tendría el mismo efecto en todos los trabajadores si no se diesen ayudas por igual. Los más afectados serían, sin duda, aquellos con sueldos menores, ya que no podrían permitirse un cuidador, y, por consiguiente tendrían más dificultades para trabajar. Asimismo, las personas emprendedoras que tuviesen una empresa en la que solo trabajasen ellas, tendrían pérdidas, pues su atención no podría focalizarse únicamente en su trabajo.
En definitiva, el cierre de colegios y guarderías afectaría negativamente a la productividad de los empleados. En casos en los que la situación no sea crítica, se podría dar ayudas para pagar a cuidadores fomentando el empleo; o, se podría tomar un modelo de guarderías como el finlandés en el que estas sean públicas, favoreciendo al teletrabajador (ya que no tendría que pagar más por ellas). Asimismo, esto no afectaría por igual a toda la sociedad, siendo los más afectados aquellas trabajadores a cargo de personas dependientes durante jornadas prolongadas; o que dependan firmemente de su trabajo para obtener ingresos.
¿Qué opinan? ¿Verían factible una red de organismos para que hijos de teletrabajadores se relacionasen mientras sus padres trabajan?
Adjunto unos enlaces que pueden serles de utilidad:
- Guarderías en Finlandia y su gestión durante la pandemia:
https://www.infofinland.fi/es/vida-en-finlandia/educaci-n/ense-anza-para-ni-os/guarder-a- Problemas de los padres teletrabajadores al tener a sus hijos en el hogar mientras trabajan:
https://www.elmundo.es/madrid/2021/01/18/60047c58fc6c8350028b4659.htmlUn saludo,
Álvaro José Herrero Cañedo