Buenas tardes presidencia, delegados y delegadas,
En vista de las ideas propuestas hasta el momento, me gustaría contribuir resaltando un aspecto que considero muy relevante al abordar la salud mental; la estigmatización de las enfermedades psicológicas en la actualidad.
El primer paso para diagnosticar e intentar solucionar un problema, en cualquier ámbito, es asumir la propia existencia de este, y precisamente esta es la primera dificultad con la que nos encontramos al analizar la salud mental.
Frente a la naturalidad con que se planta cara a otro tipo de dolencias, el reconocimiento e incluso el diagnóstico de cualquier dolencia relacionada con la salud mental genera rechazo por parte de la sociedad. Sin lugar a dudas, esto contribuye a agravar la situación de los afectados desde el primer momento.
El temor a que la sociedad vuelva la espalda a una persona afectada por un problema de salud mental constituye una barrera, a menudo infranqueable, para que se dé el primer paso en búsqueda de ayuda para solucionar el problema.
Antes de valorar factores de incuestionable trascendencia, como la incidencia del sistema educativo, la idoneidad del sistema sanitario, el efecto de las redes sociales en la salud mental debemos centrar el foco en visibilizar la existencia del problema, en hacer que la sociedad asuma su existencia con naturalidad. De ahí que se deba buscar la aceptación de estas dolencias, que afectan a la mente, de la misma manera en la que se hace con patologías que amenazan otras partes de nuestro organismo.
Siguiendo esta línea trabajaron los expertos encargados del artículo “La lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental.” (
https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0211-57352008000100004&script=sci_arttext) publicado en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría que, desde una perspectiva profesional, analizan esta cuestión desde diversos prismas.
El efecto vergonzante que impide visualizar la enfermedad nos pone en directa conexión con la relevancia de la educación psicológica que nos permite aceptarnos a nosotros mismos comprendiendo que resulta imposible alcanzar la perfección.
El siguiente artículo plantea una profunda reflexión sobre cómo esto se convierte en “una cuestión sutil que nos penetra sin darnos cuenta y nos lleva a sentirnos mal con nosotros mismos porque nos avergonzamos de lo que entendemos como partes de nuestro ser que son débiles” y por qué no deberíamos luchar por modificarlas. (
https://www.vidanuevadigital.com/blog/avergonzarse-de-las-propias-debilidades-enrique-lluch/)
Sin embargo, el resto de individuos continúan excluyendo a aquellos que padecen estados mentales, trazando un camino hacia la división social. Asimismo esto supone una lucha contra nuestra naturaleza de seres destinados a vivir en comunidad conllevando al aislamiento de algunos sin razón aparente y, al mismo tiempo, dificultando las posibles soluciones al problema.
Siguiendo el estudio de un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos (
https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-asi-afecta-aislamiento-social-salud-mental-20180518083433.html), el aislamiento social se asocia con depresión y trastorno de estrés postraumático convirtiéndose un uno de los principales problemas que debemos combatir.
Con el objetivo último de poner fin a esta separación, se puede optar por la implantación de factores de dinamización social y de integración de los individuos en grupos, conformando así herramientas eficaces frente a la soledad con riesgo de deterioro de la salud mental. De esta manera, al adquirir funciones dentro de grupos, se logra un aumento de la autoestima y del sentido de pertenencia, combatiendo con ello los factores desencadenantes de las patologías mentales y de la exclusión y marginación de aquellos que las padecen, siendo asumidos como plenos integrantes de la sociedad y, en consecuencia, como destinatarios de la ayuda que esta pueda prestarles.
Dicha identidad social y la influencia que la misma tiene es analizada en el siguiente artículo (
https://lamenteesmaravillosa.com/la-identidad-social-nos-influye/) dándonos a entender su importancia.
Así pues, el desarrollo de asociaciones de vecinos, la existencia de barrios o zonas habitacionales con dotaciones culturales y deportivas, unido a la promoción de residencias de estudiantes, el ocio y la cultura pueden ser medidas de enorme utilidad.
Por último, con mucha frecuencia los prejuicios que causan esta exclusión vienen asociados a la falta de información por lo que esta podría suponer un enfoque esencial para solventar la situación.
Esto mismo ilustra el adjunto comunicado del Ministerio de España (
https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/saludMental/docs/Salud_Mental_Guia_de_estilo.pdf) aportando información sobre el tema en general, regulaciones en los medios de comunicación y propuestas para difundir la información.
Me gustaría conocer sus puntos de vista respecto a la cuestión planteada; la estigmatización de los problemas asociados a la salud mental.
Muchas gracias,
Delegado Jacobo Pérez: Comisión 1 (Comisión de Salud Pública).
Colegio Internacional Eirís, A Coruña, Galicia.